Un policía agredido a OKDIARIO: «¿Sabes dónde estaría si me adelanto y le pego yo a él? Detenido»
Un subinspector de Policía Nacional fue brutalmente agredido el pasado 12 de octubre tras aparcar su coche en la calle Embarcadero de Zaragoza por una persona a la que, aparentemente, le molestó que le pidiese apartarse de la calzada para estacionar su vehículo. El subinspector Román, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Tudela (Navarra) y delegado sindical de esta organización, resume a OKDIARIO la triste realidad a la que se enfrentan nuestros agentes de la ley a diario: «¿Sabes dónde estaría si me adelanto y le pego yo a él? Detenido y suspendido».
Román, de 62 años, explica a OKDIARIO que aunque ha pasado casi una semana desde que sufrió la brutal agresión se encuentra todavía maltrecho: «El lunes voy al hospital para que me operen. Tengo la mandíbula superior rota en tres trozos».
Narra cómo sucedieron los hechos. Era el día de las Fiestas del Pilar en Zaragoza por la mañana y «salí a comprar cuatro chorradas que nos faltaban en casa, cogí al perrillo que tengo con la intención de dar luego un paseo». A pesar de que la zona estaba llena de coches, Román encontró un hueco. «Le pedí a la persona que estaba de pie en el sitio que se apartase para dejarme aparcar. El hombre se subió a la acera sin ningún problema y cuando estaba aparcando me dio una patada al espejo retrovisor y al coche», recuerda.
El policía se bajó para recriminar al hombre su actitud y pedirle explicaciones: «Fue cuando me dijo con muy malas maneras que hacía lo que daba la gana y me lanzó un puñetazo que yo le paré y no me tocó. Entonces saqué la placa y me identifiqué para intentar apaciguarlo y no montar una trifulca barriobajera, pero me pegó un manotazo y me tiró la placa al suelo. Cuando me agaché para recogerla me empujó y me quedé patas arriba, cuando me giré para levantarme me lanzó una patada y me destrozó la mandíbula».
Este veterano policía -40 años de servicio lo avalan- refleja además una triste realidad que viven los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a diario: «Yo jamás había visto tanta saña como ahora, no sólo con los policías. No se conforman con robar un iPhone a los chavales, ahora también los machacan. Yo hablo con los vecinos y con mucha gente y ahora hasta les da miedo pitar con los coches. Llegará un momento que si la policía no se puede defender a si misma, ¿cómo vamos a defender a la sociedad?».
Ningún abogado del Estado va a defender a este policía agredido ni a ejercer la acusación en nombre el Estado: «Si hubiera sido al revés y yo me adelanto y le golpeo primero, ¿sabes dónde estaría ahora mismo? Detenido y con un montón de problemas legales». «Estamos desvalidos, y si los mismos policías no tenemos esa seguridad jurídica de las leyes que nos protegen, ¿cómo defenderemos a la sociedad?», se cuestiona.
El agresor fue detenido inmediatamente por los compañeros de Román, pasó a disposición judicial y puesto en libertad con cargos.